domingo, 10 de abril de 2016

SOLEDAD

 
Solo  te tengo a ti,  soledad
porque  siempre  me acompañas
y llenas mi tiempo  ya caído,
solo te tengo a ti.

Recuerdo que te soñaba con terror,
me angustiaba  el saber que existías
 y sin embargo ahora estas aquí,
 inseparablemente a mi lado…

No sé  en  que momento llegaste a mí,
pero  te iba sintiendo llegar,
cuando descubrí, 
las largas ausencias del ser amado,
 cuando sentí, 
la indolencia  a mis pesares,
la indiferencia a mi cariño,
cuando mi palabra  no se oía,
cuando su mirada  se perdía,
cuando mi presencia para él,
mas imperceptible se hacía.

Y mi luz se fue apagando
 y mi brillo se perdía
y mis sueños se esfumaban
y mi canto se ahogaba
entonces llegaste tú, mi querida  soledad…

Al despertar,  al anochecer,
en mis noches que ansío ternura,
en mis días que espero alegría,
en mis  atardeceres tristes,
en mis amaneceres fríos,
solo te tengo a ti, soledad

Vienes a mí, con tristezas,
vienes a mí, con saudades
vienes a mí con angustias, con recelo, 
a  compartir, mis momentos…  de nada,
solo de  tiempo perdido,
solo  de largos silencios
solo de tristes recuerdos, 
que a veces te alejan de mi….

Y luego,  me envuelves en un manto invisible,
y no dejas que nadie se acerque, 
me aislas,  me besas….
me estrechas, te sientas a mi lado en silencio,
me inmovilizas  y me paralizas con tu aliento….

Que sería de mi  si no te  tuviera a ti,
solo tú estás conmigo,  soledad,
 mi  secreta  amiga,  mi buena compañera,
me haces fuerte, con tu fortaleza,
me vuelves  transparente con tu sinceridad,
me enseñas la fuerza de la indiferencia,
enduras mi alma  para sobrevivir….

Y así pasan los días,
 y así pasan las noches
viviendo,  sin vida…
me permites llorar,  me permites sacar
esa tristeza que me desgarra por dentro
 y me quema cada día, sin sentirlo…

Solo tú,  mi querida soledad
comprendes en silencio  lo que siento…
y   aun así,   no me das consuelo,
porque eres muy integra para engañarme
eres muy fina,  para ilusionarme,
nunca me dirás  lo que yo quiero oír,  nunca,
porque  tú sabes  bien que  él,  no volverá….

 Por eso, ahora  estas aquí y me enseñas
que el  ruido más estrepitoso,  es el silencio,
que el sufrimiento más  agudo, no tiene lágrimas,
que  el  dolor  más  intenso,  no  tiene gemido,
que  todo se queda guardado  en el alma…. 

Solo te tengo a ti, mi querida soledad
y no tengo a nadie más…
En el oscuro cuarto que alberga mi existencia
ya tan solo llegan palabras lejanas,
recuerdos tristes,
promesas quebrantadas,
amores  egoístas,
rumores,  de lo que pudo ser  y no se logró,
lamentos de impotencia, quejas  del ayer,
que  sucumbieron ante la  amarga realidad, 
del perdido y traicionero amor…

Solo te tengo a ti soledad, y por ello
ayúdame a fingir que no tengo corazón,
enséñame lo más amargo del desaliento,
para ya no sufrir,
para ya no llorar,
para vivir en la nada, en lo etéreo
en tu infinita gracia,  solo contigo, 
Mi querida soledad…
        
                                     JERAMEELL O.
                                             17/03/2016

FALSÍA

        
Apareciste inopinadamente en  mi vida…

tras el crepúsculo  de una  tarde de verano,
y en el comienzo de una noche  infinita.

Apareciste,  como en un sueño  real

cuando  mi cuerpo era fresco y vigoroso
y mi corazón  noble y liberal.

 Apareciste,  en la penumbra de una amarga  noche…

  y cuando  más  infeliz me sentía
llegaste, escondiendo  tu falsía.

Apareciste,  con tu sofocante y angustiado amor…

te pintaste  como generoso  bienhechor,
sediento de ternura,  sediento de amor,
como  víctima y a la vez,  salvador .

Apareciste y te amé, como loca,  te amé…

sin  teorizar, atrevidamente, te amé,
soslayando las restricciones  de lo  impropio,
con un  amor único, con pasión, sin freno.
    
     Apareciste  y te amé,  comprendiendo tu locura….

 y me perturbó tu cariño y me trastornó tu encanto
y como loca también,  me olvidé de que existía,
me absorbiste en tu demencia, en tus placeres “santos”
en tu existencia inútil,  en tu  cruel hipocresía.
      
     Apareciste  cruel  y  cuando más  te amaba,

Cuando  vivía por tu vida  y  por tus ojos miraba
repentinamente,  en un amanecer te fuiste,
dejándome  sola y en la realidad tan triste,
de haberte dado mi amor, que nunca mereciste.


                                                                         JERAMEELL O.
                                                                              10/04/2016